Sabemos “Qué” hacer, pero no estamos seguros de “Cómo” ejecutar

“Qué”: Muchas compañías son muy buenas en crear, cada año, excelentes planes estratégicos. Dedican un par de días removiendo numerosos aspectos de su estrategia, etc. y acaban con un excelente plan para el siguiente ejercicio. A mitad de año descubren lo poco que se ha avanzado. No hay indicadores (o no se mide su avance)…o peor entonces, los indicadores funcionan pero lo que consideramos el día a día nos embarga y estresa, relegando aquellos planes en el baúl de de los temas pendientes. Y me pregunto, qué ha pasado, cómo nos vamos a encontrar a final de año.

¿Por qué aquel plan no funciona?

La respuesta está en que los líderes dedican mucho tiempo hablando sobre cuáles objetivos, estrategias, planes de acción, indicadores… pero casi nunca conversan acerca de la pregunta más importante que deben hacerse en cada sesión de planificación: ¿Tenemos una forma de hacer para alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto? Han olvidado el “Cómo”.

Y este “Cómo” les invito a trabajarlo en el marco de actuación trimestral. Si somos capaces de determinar trimestralmente las prioridades a hacer y establecer los indicadores que van a mover para que aquello se cumpla. Todo ello comprometiendo y comunicando a la organización para que cada uno vea cuál va a ser su aportación y su índice de avance.

Esto que parece muy difícil, es muy sencillo, sólo hace falta crear el marco de actuación y empezar a actuar en consecuencia.

Los indicadores han de ser muy claros y que muevan a la acción. Me gusta poner el siguiente ejemplo. Imaginen que su objetivo es llegar a París saliendo de Barcelona y hacen el viaje en automóvil. Tenemos varios posibles indicadores de medida:

  1. Ninguna multa
  2. Ir lo más deprisa
  3. Menor consumo de combustible
  4. Respetar todas las señales de tráfico
  5. Etc.

Fíjense que en función del indicador escogido ustedes harán el viaje de una forma u otra y tardarán más o menos tiempo con un coste distinto en cada ocasión.

Claramente el indicador les mueve a una acción determinada para conseguir el objetivo de llegar a París.

Todo cuanto hayan decidido en su Plan Anual tienen que desmenuzarlo en acciones e indicadores para los responsables de su ejecución. Y mejor hacerlo trimestralmente. El corto plazo permite las correcciones de las desviaciones e imponderables que se cruzan en el avance. Las personas se comprometen por una causa, si saben por qué hacen lo que hacen y a dónde han de llegar. Para ello es imprescindible medir el avance.

El Método de las 4 DECISIONES, Personas, Estrategia, Ejecución y Caja, explica este marco de actuación. Si están interesados en conocer con más detalles este método, estamos a su disposición para atenderle. Contacto

No hace mucho escribí un artículo acerca del libro Multipliers de Liz Wiseman, lo titulé: Productividad y Estilo de Dirección. En él comentaba que el liderazgo puede multiplicar o disminuir la productividad de la compañía y lo asociaba a dos estilos de dirección, Multiplicador y Dominante.

Para incrementar la productividad no hay que buscar tener a los colaboradores “felices” (en otro artículo podemos comentar esta argumentación). La única forma de incrementar la productividad es crear el ambiente, donde cada colaborador se sienta comprometido. Con esta finalidad es imprescindible poder medir el “Qué” (objetivos, planes de acción, etc.) para desarrollar el «Cómo».

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